Base de conocimientos

La planta de Etileno Renovable se encuentra en el Complejo Petroquímico de Triunfo, en el estado de Rio Grande do Sul, en la región sur de Brasil. Se inauguró en septiembre de 2010, y fue la primera vez que se fabricó polietileno de base biológica I’m green™ a escala industrial. La capacidad de la planta es de 260.000 toneladas/año, y su inversión total es de 290 millones de dólares. © Braskem 2023

La biodegradación es un proceso químico en el que un material se convierte en CO2, agua y biomasa con la ayuda de microorganismos. El proceso de biodegradación depende de las condiciones (por ejemplo, ubicación, temperatura, humedad, presencia de microorganismos, etc.) del entorno (planta de compostaje industrial, compost de jardín, suelo, agua, etc.) y del propio material o aplicación. Por tanto, el hecho de que un plástico sea biodegradable no dice nada sobre el tiempo y las condiciones necesarias para que se produzca un proceso de biodegradación. Una especificación de la biodegradación es la compostabilidad. Los plásticos y productos biodegradables sólo se consideran compostables si pueden degradarse en un tiempo determinado en condiciones definidas. Estas condiciones específicas se definen en normas como la norma europea de compostaje industrial EN 13432 (para los envases) o EN 14995 (para los plásticos en general). Los materiales y productos que cumplen esta norma pueden ser certificados y etiquetados en consecuencia.

I’m green™ bio-based es la marca creada por Braskem que identifica los productos de su cartera fabricados a partir de fuentes renovables. Para identificar los productos que tienen polietileno I’m green™ biobasado en su composición y ayudar a los consumidores a reconocerlos, Braskem creó la etiqueta I’m green™ biobasado. © Braskem 2023

El polietileno convencional se produce a partir de materias primas fósiles, como el petróleo o el gas natural, y se encuentra en muchos productos de uso cotidiano: envases de alimentos, cosméticos, bebidas, bolsas de transporte, entre otros. El plástico renovable, también conocido como I’m green™ bio-based renewable polythene, es un plástico producido a partir de una materia prima renovable: el etanol de la caña de azúcar brasileña. El polietileno biobasado I’m green™ tiene las mismas características que el polietileno petroquímico en cuanto a aplicación, rendimiento y, lo que es más importante, reciclaje. © Braskem 2023

Al igual que ocurre con los materiales orgánicos (por ejemplo, la madera, los residuos verdes o los residuos de cocina), la biodegradación depende de muchos factores externos, como la temperatura, la humedad, el oxígeno, el valor del pH y la presencia de microorganismos y hongos. Además, el tipo de material y el grosor del producto también desempeñan un papel decisivo en la duración de la biodegradación. Por ejemplo, una bolsa fina de residuos orgánicos se degrada mucho más rápido que un vaso, aunque esté hecho del mismo material.

Los bioplásticos son una gran familia de materiales diferentes, no un único material. Como el término bioplástico no está legalmente protegido, no se utiliza sistemáticamente. La Asociación Europea de Bioplásticos (European Bioplastics) define un plástico como bioplástico si es biobasado o biodegradable, o si tiene ambas propiedades. Debido a esta heterogeneidad, es aún más importante dejar claro al consumidor qué es lo que hace que este plástico sea tan diferente de los plásticos convencionales a base de petróleo.

Nota: Los bioplásticos son biobasados, biodegradables o ambas cosas a la vez.

Todos los plásticos que se producen a partir de materias primas renovables se denominan plásticos biobasados. En cambio, los plásticos fósiles convencionales se producen a partir del petróleo. Las materias primas renovables son el azúcar de la caña y la remolacha, la celulosa del algodón o la madera, el almidón del maíz o la patata y los aceites vegetales como el de ricino. En la actualidad, se intenta cada vez más utilizar materiales residuales y de desecho procedentes de la agricultura, la silvicultura o la industria. Un plástico biobasado puede estar fabricado total o parcialmente con materias primas renovables. Pueden ser biodegradables/compostables, pero no tienen por qué serlo. Algunos ejemplos de plásticos biobasados son el bio-PE, el bio-PET, el acetato de celulosa, el PLA, etc.

Los plásticos biodegradables pueden ser completamente convertidos y degradados por microorganismos (por ejemplo, hongos o bacterias) en CO2, agua y biomasa en determinadas condiciones. El hecho de que los plásticos biodegradables se produzcan a partir de plásticos fósiles o renovables es indiferente. El proceso de biodegradación se define en varias normas.

Dicho de forma sencilla: no. Porque los bioplásticos son una gran familia de plásticos diferentes que pueden ser biobasados, biodegradables o ambas cosas. Sin embargo, biobasado no significa biodegradable. La propiedad de biodegradabilidad no depende de la materia prima base de un material, sino que está ligada a su estructura química. Sólo si los microorganismos y los hongos, o sus enzimas, son capaces de descomponer y metabolizar completamente las moléculas que componen el plástico, éste es también biodegradable. En otras palabras, la biodegradabilidad es una propiedad del material.

En el caso de los plásticos y productos compostables, la biodegradación debe producirse en un plazo determinado y en condiciones definidas. Estos requisitos se describen en las normas europeas DIN EN 14995 y DIN EN 13432. En función de las condiciones ambientales, se distingue entre el compostaje en instalaciones industriales o compostaje doméstico. Los productos compostables certificados pueden ser reconocidos por ciertos sellos, como la plántula, el DIN compostable industrial, el OK Compost INDUSTRIAL, el DIN compostable en jardín y el OK Compost Home.

Los plásticos biodegradables se consideran compostables si se degradan completamente en un periodo de tiempo determinado. La norma DIN EN 14995 define la compostabilidad de los plásticos en general. La norma DIN EN 13432 especifica la compostabilidad de los envases. Los requisitos establecidos son los mismos para ambas normas y se componen de la siguiente manera: – Análisis de biodegradación – al menos el 90% de la masa del polímero debe haberse convertido en dióxido de carbono en un plazo de 180 días (aproximadamente 6 meses); – Análisis de desintegración durante el tratamiento biológico. Después de tres meses (12 semanas) en condiciones de compostaje industrial o semi-industrial, debe haber un nivel suficiente de desintegración, es decir, desintegración mecánica del plástico (no debe quedar más del 10 % de materia seca en una criba< 2 mm). Además, los microorganismos convierten los residuos en CO2, agua y biomasa en el transcurso del tiempo. – Análisis de ecotoxicidad para demostrar que el tratamiento biológico no ha reducido la calidad del compost. Esto se verifica mediante una prueba de crecimiento de las plantas en el compost con polímero biodegradado y desintegrado en comparación con el crecimiento en el compost “normal”. – Contenido de metales pesados y otros elementos por debajo de los límites enumerados en el anexo A.

Los plásticos compostables testados y certificados según la norma europea de compostaje industrial EN 13432 deben descomponerse al cabo de 12 semanas y biodegradarse completamente al cabo de seis meses. Esto significa que al menos el 90% del plástico se ha convertido en CO2. La proporción restante se compone de agua y biomasa, que ya no contiene plástico. La norma EN 13432 incluye además extensas pruebas de ecotoxicidad, así como pruebas de contenido de metales pesados para garantizar que no queden sustancias nocivas. El compost resultante es de alta calidad y, por tanto, puede reutilizarse como humus. Además, el grosor del material desempeña un papel importante en el cumplimiento de los requisitos de la norma EN 13432. Así, la duración de las pruebas de 12 semanas está vinculada a un grosor máximo del material, que se especifica en los resultados finales de las respectivas pruebas de materiales. Sin embargo, la gran mayoría de los productos compostables, especialmente las bolsas y los sacos compostables, son mucho más finos y, por tanto, necesitan menos de 12 semanas para degradarse.

Los bioplásticos drop-in son bioplásticos cuya estructura química es idéntica a la de los plásticos convencionales. El bio-PE (polietileno) y el bio-PET (tereftalato de polietileno) son ejemplos de ello. Los componentes básicos de estos bioplásticos se fabrican a partir de materias primas renovables en lugar de petróleo.

Sí, el reciclaje mecánico que ahorra recursos establecido para los plásticos fósiles también puede utilizarse sin restricciones para los bioplásticos drop-in biobasados (como el bio-PE o el bio-PET). Estos plásticos de base renovable estructuralmente idénticos (por ejemplo, Bio-PE, Bio-PET) se someten a los mismos procesos de reciclaje que sus homólogos fósiles y también se reciclan materialmente a altas tasas. Los plásticos de origen renovable y compostables, como el PLA, también podrían identificarse mediante espectroscopia de infrarrojo cercano (NIR), y luego clasificarse y reciclarse. Sin embargo, debido a las cantidades todavía pequeñas de estos materiales biodegradables en las mezclas de plástico postconsumo, su clasificación todavía no es económica, por lo que actualmente no existe un flujo de materiales separado. El llamado reciclaje interno de los residuos de producción también está firmemente establecido para todos los tipos de bioplásticos en la industria de transformación de plásticos. En la transformación de plásticos, los residuos de producción procedentes del moldeo por inyección o del termoformado, así como los recortes de los bordes de la extrusión de láminas, ya se reintroducen en el proceso de producción como material reciclado.

El cambio climático, el aumento del precio de los materiales fósiles y la creciente dependencia de los recursos fósiles, cada vez más escasos, contribuyen a la atención de la sociedad hacia los bioplásticos. Los bioplásticos son materiales innovadores y eficaces, capaces de lograr un equilibrio entre los beneficios medioambientales y el impacto ambiental de los plásticos. La mayor ventaja es, sin duda, que muchos bioplásticos se fabrican con materias primas renovables. Al hacerlo, conservan los recursos fósiles finitos y, al captar el CO2, pueden contribuir a la reducción de las emisiones nocivas de gases de efecto invernadero. Dependiendo del producto, algunos de nuestros bioplásticos garantizan una larga vida útil, otros son biodegradables/compostables y se descomponen en productos de base naturales y no tóxicos. Estos plásticos biodegradables/compostables ofrecen así una vía de eliminación alternativa. Esto es siempre ventajoso cuando los plásticos están diseñados para permanecer en la naturaleza (por ejemplo, protección de árboles, film para acolchado (mulch), clips para plantas, macetas, etc.). Algunos bioplásticos también ofrecen propiedades que los plásticos fósiles no tienen. Por ejemplo, la transpirabilidad natural, que puede prolongar la vida útil de los alimentos frescos envasados, como la fruta y la verdura.

En la actualidad, los bioplásticos representan alrededor del 1% de las más de 368 millones de toneladas de plástico que se producen anualmente. Debido a la creciente demanda y al desarrollo de biopolímeros, aplicaciones y productos innovadores, el mercado de los bioplásticos crece y se diversifica continuamente. Según los últimos datos de mercado recogidos por European Bioplastics en colaboración con el nova-Institut, la capacidad de producción mundial de bioplásticos pasará de unos 2,11 millones de toneladas en 2020 a unos 2,87 millones de toneladas en 2025.

Hoy en día, existe una alternativa de bioplástico para casi todos los plásticos convencionales y sus correspondientes aplicaciones. Sin embargo, los bioplásticos ofrecen ventajas adicionales, como la reducción de la huella de carbono o las opciones adicionales de gestión de residuos, como el compostaje. Como resultado, los bioplásticos ya están firmemente establecidos en muchas aplicaciones y se utilizan en un número cada vez mayor de industrias, desde los envases y los bienes de consumo hasta la electrónica, la automoción y los textiles. Los envases siguen siendo el mayor segmento de mercado para los bioplásticos, representando el 47% del mercado total de bioplásticos en 2020, según los datos del mercado de European Bioplastics.

Debido a sus idénticas propiedades, los plásticos biobasados, como el bio-PE o el bio-PET, se utilizan allí donde sus homólogos fósiles están establecidos pero necesitan ser sustituidos por una alternativa más sostenible. Por ejemplo, en los envases de cosméticos, productos de limpieza y también en los de alimentos. Los plásticos biodegradables ofrecen una vía de eliminación alternativa, una característica especialmente importante en los envases de alimentos para productos perecederos. Las soluciones de envasado flexible, como las películas y las bandejas, son especialmente adecuadas para productos frescos como la fruta y la verdura, debido a su transpirabilidad natural, ya que permiten una mayor vida útil.

Los bioplásticos, ya sean biodegradables o soluciones estructurales idénticas, tienen su lugar en la mezcla de materiales. A la hora de seleccionar el bioplástico adecuado, hay que tener en cuenta las propiedades del polímero, el procesamiento, el reciclaje y las vías de eliminación previstas o disponibles. Póngase en contacto con nosotros; juntos encontraremos el bioplástico adecuado para su producto.

La abreviatura PLA significa polilactida, también conocida como ácido poliláctico. Este termoplástico está fabricado con materias primas renovables y es biodegradable. Hoy en día, el maíz o la caña de azúcar suelen ser la fuente de la materia prima. El PLA es un plástico transparente y quebradizo con poca barrera y resistencia al calor. Al hacer compounds con PLA, podemos mejorar las propiedades y adaptarlo a la aplicación específica.

No sólo biobasado, sino que también completamente biodegradable: Receta para su propio bioplástico 1 cucharada de almidón, 1 cucharadita de vinagre, 4 cucharadas de agua, 1 cucharadita de glicerina (de farmacia a base de grasas vegetales). Mezclar bien todos los ingredientes básicos con un batidor y calentarlos en un cazo a fuego medio. Seguir removiendo hasta que la mezcla se espese considerablemente. Verter la mezcla en moldes o extenderla en una bandeja de horno y dejarla secar. ¡Hecho! (Fuente: Science Luxembourg)

Los plásticos son materiales formados principalmente por polímeros. Los polímeros son compuestos químicos que se producen de forma sintética o semisintética a partir de moléculas orgánicas monoméricas. Hay tres grupos principales: Termoplásticos, termoestables y elastómeros. Los plásticos clásicos se fabrican con materias primas fósiles. Son especialmente ligeros, robustos, duraderos, resistentes y maleables. Hay tres grupos principales: Termoplásticos, termoestables y elastómeros. .Son especialmente ligeras, robustas, duraderas, resistentes y libremente moldeables. También tienen propiedades termoaislantes y electroaislantes. Debido a estas versátiles propiedades, los plásticos se utilizan en muchos ámbitos y es imposible imaginar nuestr a vida cotidiana sin ellos. Debido a las casi ilimitadas posibilidades de aplicación, los plásticos ofrecen posibilidades innovadoras en casi todos los ámbitos. Los principales ámbitos de aplicación son: Embalaje, industria de la construcción y del automóvil, productos eléctricos y electrónicos, agricultura, medicina, deportes y artículos del hogar. Los plásticos de polietileno de diferentes densidades (HDPE, LDPE, LLDPE), el polipropileno (PP), el tereftalato de polietileno (PET), el policloruro de vinilo (PVC) y los poliuretanos (PUR) representan la mayor parte de la demanda de plásticos.

La abreviatura OGM significa Organismo Modificado Genéticamente. Si un producto es declarado libre de OMG, está libre de organismos modificados genéticamente.

Los elastómeros son plásticos dimensionalmente estables pero elásticamente transformables. La transformación se produce bajo carga de tracción o de compresión. En cuanto esta carga desaparece, los elastómeros vuelven a su forma original.

rómeros, también llamados termoestables, son plásticos que no pueden sufrir transformaciones una vez endurecidos. Los termoestables son materiales poliméricos duros, similares al vidrio.

Los termoplásticos son todos los plásticos que pueden transformarse dentro de un determinado rango de temperatura. Los termoplásticos pueden fundirse y enfriarse repetidamente.

La palabra compound significa “mezcla”, ” combinación” o “compuesto”. Los compuestos son plásticos a los que se añaden aditivos, cargas o materiales de refuerzo. De este modo, las propiedades del plástico pueden adaptarse individualmente a los requisitos del producto que se va a fabricar o se puede mejorar la procesabilidad del plástico. Si se mezclan dos plásticos diferentes entre sí, también se denomina blend. La producción de un compuesto se denomina compounding.

PET es la abreviatura de tereftalato de polietileno, un termoplástico de la familia del poliéster. El PET se fabrica a partir de los monómeros ácido tereftálico y etilenglicol. Este material es uno de los plásticos más utilizados y se emplea principalmente en las fibras textiles y en la industria alimentaria (botella de PET).

En el caso de los plásticos y productos compostables, la biodegradación debe producirse en un plazo determinado y en condiciones definidas. Estos requisitos se describen en las normas europeas DIN EN 14995 y DIN EN 13432. En función de las condiciones ambientales, se distingue entre el compostaje en instalaciones industriales o compostaje doméstico. Los productos compostables certificados pueden ser reconocidos por ciertos sellos, como la plántula, el DIN compostable industrial, el OK Compost INDUSTRIAL, el DIN compostable en jardín y el OK Compost Home.

Los plásticos biodegradables se consideran compostables si se degradan completamente en un periodo de tiempo determinado. La norma DIN EN 14995 define la compostabilidad de los plásticos en general. La norma DIN EN 13432 especifica la compostabilidad de los envases. Los requisitos establecidos son los mismos para ambas normas y se componen de la siguiente manera: – Análisis de biodegradación – al menos el 90% de la masa del polímero debe haberse convertido en dióxido de carbono en un plazo de 180 días (aproximadamente 6 meses); – Análisis de desintegración durante el tratamiento biológico. Después de tres meses (12 semanas) en condiciones de compostaje industrial o semi-industrial, debe haber un nivel suficiente de desintegración, es decir, desintegración mecánica del plástico (no debe quedar más del 10 % de materia seca en una criba< 2 mm). Además, los microorganismos convierten los residuos en CO2, agua y biomasa en el transcurso del tiempo. – Análisis de ecotoxicidad para demostrar que el tratamiento biológico no ha reducido la calidad del compost. Esto se verifica mediante una prueba de crecimiento de las plantas en el compost con polímero biodegradado y desintegrado en comparación con el crecimiento en el compost “normal”. – Contenido de metales pesados y otros elementos por debajo de los límites enumerados en el anexo A.

Los plásticos compostables testados y certificados según la norma europea de compostaje industrial EN 13432 deben descomponerse al cabo de 12 semanas y biodegradarse completamente al cabo de seis meses. Esto significa que al menos el 90% del plástico se ha convertido en CO2. La proporción restante se compone de agua y biomasa, que ya no contiene plástico. La norma EN 13432 incluye además extensas pruebas de ecotoxicidad, así como pruebas de contenido de metales pesados para garantizar que no queden sustancias nocivas. El compost resultante es de alta calidad y, por tanto, puede reutilizarse como humus. Además, el grosor del material desempeña un papel importante en el cumplimiento de los requisitos de la norma EN 13432. Así, la duración de las pruebas de 12 semanas está vinculada a un grosor máximo del material, que se especifica en los resultados finales de las respectivas pruebas de materiales. Sin embargo, la gran mayoría de los productos compostables, especialmente las bolsas y los sacos compostables, son mucho más finos y, por tanto, necesitan menos de 12 semanas para degradarse.

Esto se debe a la normativa legal que se aplica en cada caso. En Alemania, según la Ordenanza de Residuos Orgánicos (BioAbfV), sólo se permite depositar en el contenedor de residuos orgánicos las bio-bolsas de residuos certificadas como compostables. Estas bolsas deben estar fabricadas con bioplásticos certificados como compostables según la norma EN 13432 y basados en materias primas predominantemente renovables. Las bolsas aprobadas pueden reconocerse por el logotipo de la semilla. Sin embargo, las ciudades y distritos tienen la opción de prohibir su uso en sus estatutos de residuos. Por lo tanto, antes de utilizarlos, debe informarse sobre la normativa local.

El compostaje industrial es un proceso controlado que puede dividirse en dos fases: el compostaje activo (putrefacción) y el posterior curado (post-putrefacción). La duración de la fase de compostaje activo depende del tipo de compostaje. Actualmente, los criterios de compostabilidad de los envases y plásticos están muy bien regulados a nivel europeo y mundial. Los plásticos compostables probados y certificados según las normas europeas de compostaje industrial EN 14995 (para plásticos en general) o EN 13432 (para envases) cumplen los criterios técnicos para su tratamiento en sistemas de compostaje industrial. Estos sistemas proporcionan condiciones controladas, es decir, temperaturas, humedad, aireación, etc. controladas para un proceso de compostaje rápido y seguro. La norma EN 13432 estipula que los plásticos compostables deben descomponerse al cabo de 12 semanas y estar totalmente biodegradados al cabo de seis meses. Esto significa que al menos el 90% del material se ha convertido en CO2, agua y biomasa. Los materiales y productos que cumplen esta norma pueden ser certificados y etiquetados en consecuencia. La etiqueta de semilla, DIN tested o OK Compost son símbolos bien conocidos para los productos que cumplen con la norma EN 13432.

En el compostaje industrial, las máquinas controlan y ajustan continuamente el proceso, la temperatura y el contenido de oxígeno. Las temperaturas en una planta industrial rondan los 60 grados. Las condiciones son óptimas para que los microorganismos puedan descomponer las materias orgánicas lo más rápidamente posible. Sin embargo, en el compost doméstico, las condiciones no son uniformes. Por lo tanto, el procesamiento de los materiales orgánicos en el compost de jardín tarda mucho más tiempo, sobre todo en tiempo frío o muy seco. Se puede saber si un producto es compostable industrial o doméstico por la etiqueta correspondiente.

La direttiva (UE 2019/904) sulla riduzione dell’impatto ambientale di alcuni prodotti in plastica, meglio conosciuta come direttiva sulle materie plastiche monouso (SUPD), è stata adottata dall’UE nel giugno 2019 ed è entrata in vigore a decorrere dal il 3 luglio 2021. L’obiettivo della direttiva consiste nel ridurre la quantità di rifiuti di plastica presenti nell’ambiente, specialmente nel mare. Prevede diverse disposizioni per raggiungere l’obiettivo preposto.

Desde el 3 de julio de 2021, la directiva de la UE “Single-Use-Plastics-Directive” prohíbe determinados productos de plástico de un solo uso para los que existen otras alternativas materiales. Esta prohibición afecta tanto a los productos de un solo uso fabricados con plásticos convencionales como con bioplásticos. Entre los productos de un solo uso prohibidos se encuentran los bastoncillos de algodón, los cubiertos y platos de plástico, las pajitas para beber y los agitadores, los soportes para globos, los vasos para beber y los envases de alimentos de consumo inmediato de poliestireno (Styrofoam). La directiva de la UE es incorporada a la legislación nacional por los distintos Estados miembros. En Alemania, esto se ha hecho a través de la Ordenanza sobre la prohibición de los plásticos de un solo uso. Aquí puede encontrar más información: https://www.bmu.de/gesetz/verordnung-ueber-das-verbot-des-inverkehrbringens-von-bestimmten-einwegkunststoffprodukten-und-von-produkten-aus-oxo-abbaubarem-kunststoff) y en la Ordenanza sobre el etiquetado de plásticos de un solo uso (https://www.bmu.de/gesetz/verordnung-ueber-die-beschaffenheit-und-kennzeichnung-von-bestimmten-einwegkunststoffprodukten/

El principio de la economía circular es sencillo: los materiales y productos deben utilizarse, compartirse, repararse, reutilizarse y reciclarse durante el mayor tiempo posible. Hay que evitar los residuos y restaurar los sistemas naturales. De este modo, se amplía el ciclo de vida de los productos. La economía circular tiene un impacto positivo en nuestro medio ambiente, conserva los recursos naturales y ayuda a crear una economía competitiva e innovadora.

Cada vez más empresas quieren producir según los principios de la sostenibilidad: reducir, reutilizar, reciclar. Además de los efectos positivos sobre el medio ambiente, la economía circular también ofrece a las empresas la oportunidad de asegurarse ventajas competitivas, impulsar la innovación y abrir nuevas fuentes de ingresos. De este modo, aumentan su competitividad, especialmente frente a las influencias externas.

Sí, el reciclaje mecánico que ahorra recursos establecido para los plásticos fósiles también puede utilizarse sin restricciones para los bioplásticos drop-in biobasados (como el bio-PE o el bio-PET). Estos plásticos de base renovable estructuralmente idénticos (por ejemplo, Bio-PE, Bio-PET) se someten a los mismos procesos de reciclaje que sus homólogos fósiles y también se reciclan materialmente a altas tasas. Los plásticos de origen renovable y compostables, como el PLA, también podrían identificarse mediante espectroscopia de infrarrojo cercano (NIR), y luego clasificarse y reciclarse. Sin embargo, debido a las cantidades todavía pequeñas de estos materiales biodegradables en las mezclas de plástico postconsumo, su clasificación todavía no es económica, por lo que actualmente no existe un flujo de materiales separado. El llamado reciclaje interno de los residuos de producción también está firmemente establecido para todos los tipos de bioplásticos en la industria de transformación de plásticos. En la transformación de plásticos, los residuos de producción procedentes del moldeo por inyección o del termoformado, así como los recortes de los bordes de la extrusión de láminas, ya se reintroducen en el proceso de producción como material reciclado.

El término “reciclar” procede del latín “re-“, que significa “de nuevo”, y de la palabra griega “kyklos”, que significa círculo o ciclo. Si un producto se describe como 100% reciclable, puede ser eliminado y reciclado después de su uso a través de los sistemas de reciclaje establecidos. De este modo, se crea una nueva fuente de materias primas a partir de los residuos desechables.

fabricación del producto, sino un plástico reutilizado y reciclado. El reciclado procede del reciclado postconsumo (PCR) o del reciclado postindustrial (PIR), en función de los requisitos del producto fabricado.

Un plástico reciclado ya ha tenido una “primera vida” en forma de producto. Mediante el reciclaje mecánico, los plásticos recogidos por separado pueden ser reprocesados y utilizados para fabricar nuevos productos (“segunda vida”). En cambio, un plástico biobasado se fabrica a partir de materias primas renovables. El uso de ambos tipos de plástico tiene todo el sentido para conservar los recursos. Los productos fabricados con plástico biobasado y, por tanto, un recurso renovable, también pueden reciclarse al final. Desafortunadamente, el reciclaje infinito no es posible porque la calidad del plástico disminuye después de cada reciclaje.

El reciclaje orgánico pone en práctica la biodegradabilidad de los plásticos en una economía circular. El reciclaje orgánico es un método de eliminación alternativo y es adecuado, por ejemplo, cuando los artículos de plástico están contaminados con alimentos y el reciclaje mecánico sería ineficaz. Las bolsas de residuos orgánicos certificadas para el compostaje también pueden llegar al reciclaje orgánico. Gracias a su manejo sencillo e higiénico, garantizan que se eliminen menos residuos orgánicos en el contenedor de residuos. Como resultado, se puede aumentar la cantidad de residuos orgánicos recogidos por separado. Esto sirve de abono para las plantas al principio del ciclo.

Lamentablemente, el reciclaje infinito no es posible porque la calidad del plástico disminuye después de cada reciclaje. Por lo tanto, la pregunta no puede responderse de forma general. Más bien hay que decidir, después de cada reciclaje repetido, cuál es la pérdida de calidad adicional esperada.

El reciclaje de los plásticos se realiza a menudo mediante procesos mecánicos, llamado reciclaje mecánico. En el reciclaje mecánico, los residuos de plástico se clasifican según su tipo, se lavan, se funden y se transforman en materiales reciclados. Los reciclados pueden sustituir a los plásticos fabricados a partir de material nuevo y servir así de material para nuevos productos. La estructura química de los plásticos se conserva durante el reciclaje mecánico. El reciclaje mecánico es un proceso eficaz, económico y muy respetuoso con el clima para reciclar plásticos. Los bioplásticos desechables pueden recogerse junto con sus homólogos de plástico derivados del petróleo a través de estos sistemas de reciclaje establecidos. Los materiales reciclados se devuelven al ciclo de materiales tantas veces como sea necesario hasta que tengan que ser sometidos a la recuperación de energía. De este modo, se puede generar energía a partir de plásticos de origen renovable que no producen ningún CO2 perjudicial adicional. Se trata de un ciclo cerrado de CO2 modelado en la naturaleza.

Las aplicaciones biodegradables certificadas para biodegradabilidad en el suelo (por ejemplo, de acuerdo con EN 17033 o ISO 23517) son completamente biodegradables, es decir, se convierten en CO2, H2O y biomasa. ©europeanbioplastics

Las aplicaciones certificadas como biodegradables en el suelo se biodegradan completamente en el suelo. Esto puede ser comprobado mediante pruebas y haciendo referencia a la norma EN 17033 (o ISO 23517), que especifica los requisitos y métodos de prueba para las aplicaciones biodegradables.

Los productos fabricados con plásticos certificados como biodegradables en el suelo ofrecen beneficios significativos donde la recuperación y el reciclaje de plásticos convencionales plantean problemas graves. Están diseñados específicamente para biodegradarse de manera efectiva en su lugar y, por lo tanto, pueden ser incorporados al suelo después de la cosecha. ©europeanbioplastics

Las principales enfermedades que amenazan a las plantas se tratan mediante métodos de control biológico y programas de mejora genética. Como resultado, el uso de pesticidas en las plantaciones de caña de azúcar en Brasil es bajo, y el uso de fungicidas es casi nulo.© Braskem 2023

Desde 2010, en consonancia con los productos renovables de la marca I’m green™ de base biológica, Braskem desarrolló el Programa de Compra Responsable de Etanol (PRAE), con el objetivo de garantizar la sostenibilidad de su cadena. En 2022, el Programa pasó por una revisión integral con el objetivo de dar mayor fuerza a las cuestiones del cambio climático, la biodiversidad y los derechos humanos. La reformulación del Programa se realizó en colaboración con la consultora Imaflora y está alineada con los Principios de Credibilidad de la Alianza Internacional de Acreditación y Etiquetado Social y Ambiental (Alianza ISEAL).
El Programa tiene como principio básico la mejora continua de la cadena de producción y el respeto a la normativa brasileña, y se inspira en las buenas prácticas descritas en protocolos, certificaciones y programas de referencia para el sector, como Bonsucro. El PRAE abarca temas como: integridad empresarial, medio ambiente, trabajadores y comunidades, y gestión de proveedores de caña de azúcar.© Braskem 2023

La planta de Etileno Renovable se encuentra en el Complejo Petroquímico de Triunfo, en el estado de Rio Grande do Sul, en la región sur de Brasil. Se inauguró en septiembre de 2010, y fue la primera vez que se fabricó polietileno de base biológica I’m green™ a escala industrial. La capacidad de la planta es de 260.000 toneladas/año, y su inversión total es de 290 millones de dólares. © Braskem 2023

I’m green™ bio-based è il marchio creato da Braskem che identifica i prodotti del suo portafoglio ottenuti da fonti rinnovabili. Per identificare i prodotti che hanno nella loro composizione il polietilene I’m green™ bio-based e per aiutare i consumatori a riconoscerli, Braskem ha creato l’etichetta I’m green™ bio-based. © Braskem 2023

I’m green™ bio-based es la marca creada por Braskem que identifica los productos de su cartera fabricados a partir de fuentes renovables. Para identificar los productos que tienen polietileno I’m green™ biobasado en su composición y ayudar a los consumidores a reconocerlos, Braskem creó la etiqueta I’m green™ biobasado. © Braskem 2023

El polietileno convencional se produce a partir de materias primas fósiles, como el petróleo o el gas natural, y se encuentra en muchos productos de uso cotidiano: envases de alimentos, cosméticos, bebidas, bolsas de transporte, entre otros. El plástico renovable, también conocido como I’m green™ bio-based renewable polythene, es un plástico producido a partir de una materia prima renovable: el etanol de la caña de azúcar brasileña. El polietileno biobasado I’m green™ tiene las mismas características que el polietileno petroquímico en cuanto a aplicación, rendimiento y, lo que es más importante, reciclaje. © Braskem 2023

Para producir 260.000 toneladas de polietileno de base biológica I’m green™, equivalentes a la capacidad total de producción de Braskem, se necesitan aproximadamente 84.500 hectáreas de caña de azúcar, lo que representa aproximadamente el 0,025% del total de la tierra cultivable de Brasil. Este cálculo se basa en la productividad media de las plantaciones de caña de azúcar y de las plantas de etanol en Brasil. Una hectárea produce aproximadamente 82,5 toneladas de caña de azúcar, que pueden producir 7.200 litros de etanol. Con este volumen de etanol, Braskem produce 3 toneladas de etileno renovable, generando alrededor de 3 toneladas de polietileno de base biológica I’m green™. © Braskem 2023

Durante el proceso de producción de azúcar a partir de la caña de azúcar, se prensan las plantas. Los restos fibrosos de la planta de caña de azúcar se denominan bagazo. El bagazo, rico en celulosa, se utiliza para alimentar calderas y generar energía en lugar de gas u otras fuentes de energía no renovables. Este excedente de energía se introduce en la red eléctrica local y se utiliza para abastecer a pueblos y ciudades. Braskem 2023 ©

Actualmente, Brasil tiene 330 millones* de hectáreas de tierra cultivable, de las cuales 52% se destinan a la ganadería, 26% son tierras ociosas y 22% se utilizan para la agricultura. Sólo el 1,4%* de toda la tierra cultivable de Brasil se utiliza para la producción de etanol, y el consumo de etanol para la producción de polietileno de base biológica I’m green™ representa alrededor del 1,7% de la producción total de etanol, o el 0,02% de la tierra cultivable de Brasil. La disponibilidad de tierras, combinada con la posible intensificación de la ganadería, hace de Brasil un país con espacio para la expansión agrícola. Incluso en un escenario muy optimista de crecimiento de la producción de productos químicos a partir de fuentes renovables, es probable que el uso de la tierra para la producción de productos no alimentarios siga representando un pequeño porcentaje del total de tierra disponible. En lo que respecta específicamente a la gestión de la tierra para la producción de caña de azúcar, en el estado de São Paulo, donde se cultiva el 50%* de la caña de azúcar del país, se utilizan leguminosas para fijar el nitrógeno en el suelo durante la rotación de cultivos. Como resultado, entre el 15% y el 20% de las zonas productoras de caña de azúcar se destinan al cultivo de soja, judías y cacahuetes, que abastecen el mercado alimentario. Para más detalles, visite el sitio web de la Asociación de la Industria de la Caña de Azúcar (UNICA)

Cerca del 89%* de las plantaciones de caña de azúcar utilizadas en la producción de etanol en Brasil se concentran en la región Centro-Sur, principalmente en los estados de São Paulo, Goiás, Minas Gerais, Mato Grosso do Sul, Paraná y Mato Grosso. El 11% restante de la caña de azúcar se concentra principalmente en la región Nordeste de Brasil. La región Centro-Sur está situada a más de 2.500 km de la selva amazónica. La expansión de las áreas destinadas a las plantaciones de caña de azúcar se rige por la Zonificación Agroecológica de la Caña de Azúcar, aprobada en septiembre de 2009, y excluye, entre otras áreas, los biomas Amazonas y Pantanal. Cabe destacar que Braskem no posee plantaciones de caña de azúcar. El etanol utilizado en la fabricación del polietileno de base biológica I’m green™ se compra a diversos proveedores seleccionados de acuerdo con el Programa de Compra Responsable de Etanol, que tiene en cuenta aspectos relacionados con el cumplimiento de la legislación brasileña y el respeto al medio ambiente, así como a los derechos humanos. © Braskem 2023