Bioplásticos - Plásticos biobasados y biodegradables

Hoy en día hay muchas cosas que son bio: fruta bio, carne bio, combustible bio, ropa bio, incluso hoteles bio. Pero sólo unos pocos han oído hablar de los bioplásticos. ¿Quizás haya tenido en sus manos un bioplástico sin saberlo? Aclaramos la cuestión de qué son los bioplásticos, qué los hace tan especiales y dónde se utilizan ya.

Bioplásticos: una nueva y a la vez antigua clase de materiales

Los bioplásticos ya se producían industrialmente en el siglo XIX y fueron, por tanto, los primeros plásticos en masa producidos industrialmente. Uno de los primeros plásticos biobasados fue el celuloide. Es un termoplástico a base de celulosa que se utilizaba principalmente para películas, juguetes o monturas de gafas. Más tarde, se desarrolló el “celofán” a base de celulosa, un plástico que aún hoy resulta familiar para muchos. El celofán se utilizaba principalmente en la industria del embalaje.

Hasta la década de 1930, los plásticos se producían principalmente a partir de materias primas renovables. No fue hasta el descubrimiento y la producción industrial de plásticos basados en fuentes de materias primas fósiles, como el petróleo crudo y el gas natural, que estos primeros bioplásticos fueron reemplazados. No fue hasta la década de 1980 cuando volvieron a producirse avances significativos en el campo de los plásticos biobasados. Esta evolución se debe principalmente a un cambio en la conciencia ecológica. El objetivo era (y sigue siendo) utilizar materias primas renovables para cerrar los ciclos de los materiales y conservar los recursos.

Hoy en día, cada vez notamos más los efectos: el mundo está marcado por la escasez de recursos. La población mundial crece, pero la demanda de las mismas materias primas finitas aumenta continuamente. Es innegable que los seres humanos estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades y llevando a nuestro planeta al límite.

Por lo tanto, el cambio de una economía lineal a una circular es un paso importante para afrontar estos retos. Los bioplásticos desempeñan un papel esencial en este sentido. Pero primero aclaremos qué son los bioplásticos.

¿Qué son los bioplásticos?

La palabra bioplásticos no se refiere a un solo material, sino a toda una familia de plásticos diferentes que se distinguen por su base de materias primas y sus propiedades.

Por un lado, están los bioplásticos fabricados total o parcialmente con materias primas renovables, pero cuyas propiedades no difieren necesariamente de las de los plásticos convencionales. Por otro lado, todos los plásticos se denominan también bioplásticos por su propiedad de ser biodegradables/compostables. En este caso, la base de la materia prima es irrelevante.

Grafik zu Was sind Biokunststoffe

En consecuencia, hay tres grupos de productos que pertenecen a los bioplásticos:

  • Bioplásticos no biodegradables biobasados
  • Bioplásticos biobasados y biodegradables
  • Bioplásticos fósiles y biodegradables

Conclusión: los bioplásticos son biobasados, biodegradables o ambas cosas a la vez.

¿Qué significa “biobasado”? ¿Y qué son los bioplásticos?

El término “biobasado” describe la parte de un material o producto que procede de la biomasa, es decir, de materias primas renovables como el almidón, la caña de azúcar o la celulosa. Los plásticos biobasados son, por tanto, aquellos que se producen parcial o totalmente a partir de la biomasa.

Existen plásticos biobasados que también son biodegradables, como el PLA, el almidón, el Bio-Flex® y el Ceroflex®. Así como los plásticos biobasados que no son biodegradables. Estos materiales, también conocidos como bioplásticos drop-in (de uso inmediato), tienen una estructura química idéntica a la de sus homólogos fósiles. Esto permite que se reciclen en sistemas establecidos junto con los plásticos fósiles. Algunos ejemplos son el Bio-PE (polietileno verde), Bio-PET (Eastlon), Terralene®, Terraprene®, etc.

Conclusión: los plásticos biobasados pueden ser biodegradables o no.

Qué son los plásticos biodegradables?

La biodegradación describe un proceso natural en el que un material se descompone en sus componentes, especialmente en dióxido de carbono y agua. Si un plástico es biodegradable, los microorganismos lo descomponen completamente en dióxido de carbono, agua y biomasa, sin dejar residuos dañinos o tóxicos. En cuanto al tiempo requerido, este término no está más definido. El proceso de biodegradación depende en gran medida de las condiciones ambientales (por ejemplo, la ubicación o la temperatura), del propio material y de las aplicaciones.

La biodegradabilidad en el suelo puede estar respaldada por los correspondientes certificados y sellos de prueba, como “suelo biodegradable OK” o “biodegradable en el suelo según la norma DIN”.

¿Qué son los plásticos compostables?

Los bioplásticos pueden denominarse compostables si cumplen todos los criterios para demostrar la compostabilidad según la norma EN 13432 o ASTM D 6400, independientemente de su base de materia prima (renovable o de base petroquímica).

Para ello, el proceso de degradación debe tener lugar en un tiempo definido bajo condiciones ambientales que se correspondan con las de una planta de compostaje industrial. Para decirlo en términos más sencillos, el compostaje es la degradación biológica en cámara rápida y en condiciones óptimas.

Conclusión: el hecho de que un material sea biodegradable o compostable no tiene nada que ver con la fuente de su materia prima. Los plásticos biodegradables y compostables pueden ser de origen biológico o fósil.

¿Cómo se comprueba la compostabilidad de un plástico o producto?

Los plásticos biodegradables se consideran compostables si se degradan completamente en un periodo de tiempo determinado. La norma DIN EN 14995 define la compostabilidad de los plásticos en general. La norma DIN EN 13432 especifica la compostabilidad de los envases. Los requisitos son los mismos para ambas normas y se constituyen de la siguiente manera:

  • Análisis de la biodegradación: al menos el 90 % de la masa del polímero debe haberse convertido en dióxido de carbono en 180 días (aproximadamente 6 meses);
  • Análisis de la desintegración durante el tratamiento biológico. Después de tres meses (12 semanas) en condiciones de compostaje industrial o semi-industrial, debe haber un nivel suficiente de desintegración, es decir, desintegración mecánica del plástico (no debe quedar más del 10 % de masa seca en una criba < 2 mm). Además, los microorganismos convierten los residuos en CO2, agua y biomasa en el transcurso del tiempo.
  • Análisis de ecotoxicidad para demostrar que el tratamiento biológico no ha reducido la calidad del compost. Esto se verifica mediante una prueba de crecimiento de las plantas en el compost con polímero biodegradado y desintegrado en comparación con el crecimiento en el compost “normal”.
  • Contenido de metales pesados y otros elementos por debajo de los límites enumerados en el anexo A.

Si el bioplástico o el producto fabricado a partir de él cumple los requisitos anteriores, está certificado como compostable industrialmente según la norma EN 13432 o DIN EN 14995 (equivalente en inglés ASTM D 6400). Atención: la compostabilidad industrial está vinculada a un determinado espesor máximo.

¿Cómo puedo reconocer un bioplástico?

Por lo tanto, los bioplásticos son biobasados, biodegradables o ambas cosas a la vez. Por eso, el único etiquetado como “bioplástico” puede resultar ambiguo. El uso de sellos de prueba de instituciones reconocidas permite caracterizar los bioplásticos e identificar el origen de las materias primas. Además de los sellos de prueba para plásticos biodegradables y compostables, que ya se han introducido desde hace algún tiempo, también hay sellos para bioplásticos fabricados con materias primas renovables.

Valor añadido sostenible y vías alternativas para los residuos

Los bioplásticos permiten a los transformadores abrir nuevos campos de aplicación gracias a sus propiedades específicas. Dependiendo de la aplicación, muestran alternativas a los plásticos de origen petroquímico y ya se han establecido en muchas aplicaciones.

Además de su imagen, los bioplásticos modernos tienen una serie de funciones adicionales que crean un valor añadido en los productos finales. Además de las propiedades mencionadas, los bioplásticos ofrecen otras ventajas técnicas en comparación con los plásticos convencionales. Entre ellas, la transpirabilidad natural y el “tacto suave” natural, que confiere a las películas fabricadas con bioplásticos un tacto agradable. Las opciones de vertido alternativas también son una ventaja. La posibilidad de reciclar los bioplásticos después de su fase de uso en plantas de compostaje o mediante el uso energético son puntos decisivos aquí. Los plásticos biobasados, en particular, pueden contribuir al uso eficiente y a la conservación de los recursos, ya que sus principales componentes son renovables.

Ciclos cerrados con bioplásticos

Como cuestión fundamental, no se debe permitir que los plásticos -incluidos los bioplásticos- lleguen al medio ambiente de forma descuidada. Tirar la basura incontroladamente al medio ambiente es un error fundamental del comportamiento y de la educación de los seres humanos. Los bioplásticos no pueden cambiar esto y no son una solución al problema de la basura. Sin embargo, en algunos ámbitos los plásticos biodegradables pueden ofrecer un valor añadido. Por ejemplo, en los productos de plástico que están diseñados para permanecer en la naturaleza.

En términos de uso responsable de nuestros recursos naturales, lo mismo se aplica a los bioplásticos: Cuanto menos material se utilice, mejor para la naturaleza y las personas. Tanto la industria como el comercio y los consumidores están llamados a utilizar los plásticos de forma responsable, a reutilizarlos, a eliminarlos, a reciclarlos y, por último, a reciclarlos adecuadamente.

Los bioplásticos son una alternativa sostenible a los plásticos derivados del petróleo, sobre todo si su base de materia prima renovable se obtiene de forma sostenible y los bioplásticos se gestionan de forma coherente en el ciclo. Esto incluye tanto el ciclo del material reciclable como el ciclo orgánico del compostaje. Sobre todo, es indispensable un etiquetado y una comunicación claros sobre las propiedades del bioplástico – biobasado, biodegradable o ambas.